lunes, 19 de julio de 2010

FANTASMAS

Un día decidí no verlos, y descubrí que así desaparecían. Fantasmas de mi vida anterior. Gente que era el fondo de foto de unos tiempos que debía dejar atrás. Algunos fueron los protagonistas, otros meros acompañantes, inofensivos y sin culpa. Pero para mí componían un todo, y necesitaba eliminarlos. De forma radical, como a las cucarachas que merodean por casa. Y así fue, pluf, dejaron de estar ahí sin más. A veces intuía su presencia e incluso llegaba a verlos, pero siempre lejanos y borrosos. Me sentí automáticamente más libre, tranquila y también bastante orgullosa de mí misma, por no haberme quedado estancada, por haber sido capaz de soltar el ancla y superar momentos duros, afectos enrarecidos, decepciones y rencores con la cabeza fría y sin demasiados aspavientos.
Pero después de más de cuatro años, cuando ya casi me había olvidado de ellos, están volviendo. Entran de noche en mis hasta ahora plácidos sueños, se cuelan por mis orejas y sacuden mi cabeza. Me revuelven el estómago y desde dentro me miran con sorna. La primera vez me sorprendió, y quise pensar que todo se debía a ese par de cervezas o al cansancio acumulado de la semana. Pero volvieron al día siguiente, y al otro. Y esta noche me temo que regresarán de nuevo.
Ahora pienso que aquel gran salto que di en su momento fue en realidad un tierno engaño infantil. Porque eso es lo que hacen los niños: se tapan los ojos y gritan "no estoy", seguros de que gracias a ese gesto pueden hacerse invisibles, mientras todos seguimos ahí, frente a ellos, viéndoles y aplaudiendo su ingenuidad. Como cuando abren los regalos el día de reyes o colocan su dientecito en la almohada creyendo ciegamente en la visita del ratoncito pérez.
Yo ya no creo en los reyes magos, y sé que tampoco existen los fantasmas. Pero lo juro, por la noche están ahí y mientras me tapo los ojos con las manos también se ríen de mi inocencia, a carcajadas.

2 comentarios:

  1. Quizá necesitaras estos cuatro años para poder enfrentarte a los fantasmas... quizá ya no eres la misma de hace cuatro años...

    ResponderEliminar
  2. Pequeña Gram, se te echa de menos. ¿Para cuando una entradica de las tuyas? Un besico.

    ResponderEliminar