viernes, 22 de enero de 2010

ETIQUETAS, MATICES, EXPECTATIVAS

Crecí encorsetada en etiquetas sin matices que creaban expectativas razonables. Yo (todos lo decían, en el cole, en casa) era una niña lista y buena. Sin matices. Sin dudas. Eso generaba unas expectativas lógicas: sería juez, o notaria, o directora de una oficina bancaria, pero indudablemente tendría lo que se puede etiquetar como un buen trabajo. Además, al ser buena, la vida me sonreiría, encontraría un buen novio que me querría y crearíamos una familia decente y feliz. Yo asumí con facilidad y con cierta autocomplacencia esas etiquetas y esos planes de futuro. Me gustaba que los demás me viesen así. Que me quisiesen, porque era lista y buena. Y así fue. Hasta un día.

Ese día todo se rompió. Todo desapareció. La persona que yo creía ser también desapareció. Y entonces descubrí que no era tan lista ni probablemente tan buena como creía, pero que era fuerte. Porque conseguí inventarme de nuevo.

Ahora no quiero etiquetas, aunque a veces no puedo evitarlo, son fáciles de poner y me ayudan a creer que estoy siguiendo un camino y no que voy sorteando obstáculos sin rumbo.
He conseguido construir algo. Muy poquito. No quiero ponerle nombre pero es mío. Es mi vida. Es a lo único que pude agarrarme cuando el suelo desapareció bajo mis pies.

Tampoco quiero poner etiquetas a la gente que está a mi lado. Ni a lo que nos une. Amistad, sexo, amor. Seguro que existen muchas más opciones, muchas combinaciones, muchos matices. Yo todavía los desconozco, pero los intuyo. Y me gusta más que me asusta el pensar que el futuro es incierto, que la gente va y viene, que todos podemos aprender de todos, y que podemos hacernos compañía a veces. Sin expectativas.

http://www.youtube.com/watch?v=jka7n5PQmKg

2 comentarios:

  1. Hay gente que va y viene, pero hay otros que siempre estaremos ahí... DIA

    ResponderEliminar
  2. Lo sé. Cuento con ello. Muy bien el "hay" y el "ahí"....jajajaja

    ResponderEliminar