miércoles, 10 de marzo de 2010

EN TU HONOR

Quiero que de nuevo seas el protagonista de una de mis historias, pero hoy de otra forma. Porque a pesar de todo, te mereces también un pequeño y último homenaje, y confío en que quizá si soy capaz de hacerlo, llegue a la curación definitiva.
Fue necesario tirarte a patadas del pedestal para poder sobrevivir, y alimentar un pelín el rencor para hacerme fuerte. Los primeros días, meses, recordar todas las cosas malas, todo lo que fallaba, todo lo que te pedí pero no me diste, todo lo que me diste sin yo quererlo, todo lo que me hacía daño.
Después llegó la indiferencia absoluta teñida de cierto desprecio. El sentimiento de liberación. Por supuesto, el cara a cara cordial, civilizado, como debe ser.
Hoy nos hemos visto y hemos conseguido algo mágico, reírnos juntos.
Te diré aquí (aunque nunca lo leerás) que era bonito reírse juntos. Era algo que también hacíamos, aunque haya querido olvidarlo.
Y bueno, ya está. No es gran cosa pero como homenaje para ti no creo que se me pueda pedir más. Lo que cuenta es la intención. ¿Curada?

1 comentario:

  1. SÍ CURADA! Como homenaje para semejante elemento va que chuta!!

    ResponderEliminar