jueves, 4 de marzo de 2010

MIRA, GUAPITO....

Ahora mismo, hace dos minutos, casi tengo un accidente en la autovía. Venía yo tranquilamente con mi coche, que por cierto me lleva y me trae a todas partes como un campeón. Tiene los típicos achaques, algún ruidillo que pone nervioso a los tiquismiquis, un poco de humo de más por el tubo de escape, varios roces por fuera, una mancha de actimel en el asiento de atrás que no sale... nada importante. Ya tiene el pobre edad para prejubilarse, pero bueno, teniendo en cuenta los nuevos planes del gobierno y mi liquidez actual, va a tener que aguantar unos cuantos añitos más.
Pues eso, que venía yo disfrutando del calorcito que da el sol esta tarde a través las ventanas, escuchando y cantando a Battiato, pensando qué bien que mañana es fiesta. He mirado por el retrovisor, nada. He puesto el intermitente, he adelantado a una furgonetilla y me he quedado en ese carril. A los dos segundos he vuelto a mirar por el retrovisor y no sé de dónde ha salido, pero una especie de tanque negro brillante, marca BMW, se ha plantado a medio metro de mi culo (bueno del culo de mi utilitario familiar, pobre pero honrao). Yo creo que ni medio metro había. Con el sobresalto casi pego un volantazo, pero he aguantado unos segundos y en cuanto he podido me he cambiado de carril. Ha pasado como un rayo pero he podido ver su cara, una sonrisa guasona y expresión de "quita de enmedio, abuela". Es una recta larga, y ha repetido la operación un par de veces por delante. Por cierto yo iba a más de la velocidad permitida, a 125 en un tramo de máximo 100.
Dicen que dentro de los coches nos sentimos protegidos y por eso nos volvemos agresivos con los otros conductores. Supongo que este pollo disfruta con la sensación de que los demás se aparten a su paso. No voy a entrar en disquisiciones de psicólogo, aunque sería bueno saber por qué necesita asustar, "ser" el más grande y el más rápido para sentirse alguien. Es su problema. Lo que no quiero es jugarme la vida por los íntimos complejos de nadie.
Así que me hubiera gustado tener unas palabras en persona con él. Sin carrocería que nos protegiera a ninguno de los dos. Quitarle sus gafas de sol y decirle cuatro cositas. Nariz a nariz, seguro que me lo como con patatas.

4 comentarios:

  1. ;) Yo tenía un Renault 5, cuatro marchas, y siempre había un "guapito" de BMW alardeando,... ¡Siempre se picaban con mi pobre cochecito, que por cierto, salía bastante victorioso! En fin, mejor bailar con Battiato y cantar eso de "busco un centro de gravedad permanente,..." Salu2 y genial tu blog

    ResponderEliminar
  2. Qué honor, en serio, hace tiempo que te leo. Me gustan mucho tus historias, se nota que eres periodista,el formato del blog además es súper atractivo, muy completo. Y gracias a ti estoy descubriendo música muy interesante.(Por cierto mi cochecico también es un renault, tendrían que contratarnos para un anuncio o algo, no?)

    ResponderEliminar
  3. Comentaristas a tu altura, no lo dudes.
    Un truqui: Dale un toquecito al freno, lo justo para que se enciendan las luces de freno.
    Se pegan tal susto que se les quitan las ganas.
    Probablemente los veas gesticular y blasfemar por el espejo retrovisor, a lo que hay que responder con un besito coqueto. Se le puede añanir aleteo de pestañas (opción avanzada).

    No time, no Space... que recuerdos.

    ResponderEliminar
  4. Ya sabes todas las cosas que hay que hacer para que se les bajen humos, pero también sabes que nunca las harás... De todas maneras tienes parte de culpa, más te valía ir atenta a la conducción y no a los paisajes y a Battiato. DIA

    ResponderEliminar