martes, 9 de febrero de 2010

BORRACHA

Mi madre siempre me lo ha dicho "hija mía tú no puedes beber, que no lo toleras". Una de tantas veces en que las madres tienen razón. Conmigo, la ecuación es 1=5. Con la primera copa alcanzo un grado de deshinibición, de soltura, de alegría.... que otros sólo consiguen tras la quinta. Lo malo es que en la misma proporción se multiplican la sensación de sueño, las naúseas, el malestar general, y la resaca del día siguiente. Así que, siguiendo mi sentido común, bebo más bien poco y, como en el resto de cosas, controlo.
Pero en el fondo, me encantaría encontrar un sustituto, natural y sin efectos secundarios, a poder ser algún tipo de fuerza interior, que me aportara los maravillosos beneficios del alcohol. El mayor: perder el miedo a uno mismo, sentirse libre para hacer y decir, creerse absolutamente capaz de superar esos obstáculos que, estando serenos, nos hacen dar un paso atrás y nos impiden perdernos por caminos atrayentes y peligrosos. Seguiré buscando, y probándome. De todas formas, creo que esta es una de esas cosas que se consiguen con la edad, así que estoy de enhorabuena...

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