miércoles, 24 de febrero de 2010

EL TONTO DE LA CLASE

En mi clase, en la carrera, no había uno sino varios. No estudiaban, no prestaban atención al profesor (poco tiempo pasaban en el aula, por otro lado), y no tenían ni idea cuando se les preguntaba. Contestaban con simples evasivas y luego se intercambiaban risitas. Paseaban muy señoritos, con la barbilla bien alta, por los pasillos de la facultad, y se integraban en alguna asociación de estudiantes, casualmente en las que, se decía, tenían más mano con el claustro. Hasta donde yo sé, aprobaban el 99% de los exámenes a base cambiazos y chuletas de todo tipo. Recuerdo uno, de los más duros de la carrera, de esos a los que te dejan llevar los libros y duran la mañana entera. Uno de los "tontos" se sentó a mi derecha. En un momento dado estiró la mano y cogió mi examen. Copió tranquilamente durante el tiempo que consideró oportuno, y después me lo devolvió. Sin mirarme. En esos cinco minutos, con mi boli y sin un papel en mi mesa, con los vigilantes pasando cerquita, casi me dan cinco infartos, a uno por minuto. Él iba tan sobrado que jamás se disculpó, y yo era tan poco asertiva (como diría mi psicólogo) que nunca le reclamé. Había algo en ellos, un sutil desprecio hacia los demás, cierta altanería, una evidente carencia de escrúpulos, que a mí me inquietaba y me hacía distanciarme. Por aquel entonces, yo pensaba "menudo futuro tienen éstos. Carne de cañón".
Ay, alma de cántaro. Como en tantas otras cosas de esa época, de cuando creía en la justicia divina... meeeec!! error. Fíjate que después de muchos años he vuelto a saber de un par de ellos. De uno me han comentado que ahora es Director de una oficina bancaria, pero de un banco de los buenos. Al otro me lo encontré de frente por la calle: abogado de éxito, con su maletín de cuero y su abrigo gris marengo, como un pincel. Me pareció increíble, imposible. ¡Pero si eran unos ignorantes y unos trepas!
Aaaaaaah, calla, calla, bien pensado, no, no es tan increíble... es más, cuanto más lo pienso, más me cuadra...si es que ¡¡La tonta de la clase era yo!!
Para no parecer tan maniquea y en honor a la verdad, diré que estos chicos no eran tan tan malos, al menos no se supo que los detuviera la Guardia Civil por ningún delito. Y yo, ojito, no era ninguna santa, también faltaba a clase a veces y hasta una vez me apunté los números de unos artículos de la Constitución en la mano para un examen... lo malo es que se me borraron con el sudor y sólo conseguí dejar un rastro de color azul en el papel... pero bueno, lo que cuenta es la intención.
** Quería ilustrar esta historia con un capítulo de Bob esponja:"Chocolate con nueces", pero (soy tan tonta que) no he sido capaz de encontrarlo

3 comentarios:

  1. Me gustaría leer la entradas de blog que escriban tus tontos.No tienen que tener desperdicio, jeje!!

    http://www.youtube.com/watch?v=5vBWagnIuto

    Tontín, tonteando, he encontrado esta tontería.

    Un saludo.

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  2. Me temo que si les preguntaras te dirían "¿un blog? ein? No sé lo que es. ¡Ni falta que me hace!" (la expresión de la cara ya te la puedes imaginar).

    Jajaja de verdad vale la pena ver el capítulo entero, es mortal.

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  3. Tengo niños pequeños, así que lo he visto 267 veces mas o menos. Es muy bueno. A mi, es que, ¡me gusta Bob Esponja! y ademas...no me da verguenza ni nada.

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