martes, 23 de febrero de 2010

MI FESTÍN

Tengo un amigo muy listo que siempre tiene un refrán popular, o un proverbio chino, o un dicho de su pueblo, o un haiku japonés adecuado para cada conversación. Y si no, una frase de su propia cosecha, que también suele tener su miga.
Un día, no sé cuál era el tema, levantando su dedo me dijo, es que como decía (?) "lo importante no es el festín, sino el apetito". Qué gran verdad.
Aplicación directa: me acabo de comer un bocata de vulgar mortadela y antes del primer bocado se me hacía la boca agua.
Aplicación en plan metáfora: estoy deseando cobrar mi próxima nómina con la ilusión de conseguir unas botas de rebajas que he visto treinta veces y cada vez me parecen más bonitas. Y se me pone una sonrisa en los labios cuando sé que voy a pasar un rato con alguien especial (no necesito que sea modelo, ni premio nobel, ni que esté en la lista de los más poderosos). Y planeo mis próximas vacaciones pensando mil opciones y cierro los ojos y me veo allí. Y me pongo hasta nerviosa de la emoción al darme cuenta de que probablemente dentro de un mes podré cambiarme el sofá. ¿De qué color me lo pongo?
Me pregunto si, pongamos, la Tamara Preysler disfrutará tanto con sus cosas. Qué afortunada soy de tener tanto apetito...

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