martes, 2 de febrero de 2010

DESTINO Y RESPONSABILIDAD

Me da a mí que si supiera cuál es el porcentaje de participación exacto de cada uno de ellos, mi vida se correspondería mucho más con mis sueños.
A veces pienso que todo es fruto del destino, que las cosas pasan, las oportunidades se te ponen delante justo cuando estás preparado para aprovecharlas, y los fracasos tenían que ocurrir para dar paso a una época mejor. Me gusta creer en esto porque me da paz, no hay nada que yo pueda hacer, y además el tiempo pondrá todo en su sitio. Sólo tengo que montarme en la canoa y dejarme llevar por la corriente. Al final todo cuadrará y la línea de mi vida se cerrará creando un círculo, o un cuadrado, o cualquier forma irregular. Pero en cualquier caso será una línea cerrada que albergará en su interior todas las personas, situaciones y vivencias que han formado parte de mi existencia. Cada una bien encajada, ubicada en su sitio. Y entonces todo tendrá sentido.
Otros días, como hoy, siento que no estoy haciendo nada por adueñarme de mi futuro. Que estoy donde estoy por todas las pequeñas decisiones que he tomado a lo largo de los años. Algunas han traído consecuencias maravillosas. Pero otras me han llevado por largos pasillos a estancias tristes y vacías donde paso horas sin nada que me estimule, sin ver la puerta de salida. Me gustaría poder retroceder y cambiar aquel momento, aquella vez en que me movió el entusiasmo y la inocencia. O aquella otra en que opté por lo más cómodo, lo que todos esperaban de mí. Me siento estúpida y cobarde. Estúpida por no haber calibrado las consecuencias de mis actos a tiempo. Cobarde por no ser capaz siquiera ahora de decidir qué es lo que realmente quiero, dar un puñetazo en la mesa, y luchar por ello.
Y aquí me quedo, estúpida y cobarde, y cansada, esperando que el río crezca y me arrastre a algún lugar que ahora mismo no sé cuál es ni dónde está. Quizá al llegar lo reconozca.

2 comentarios:

  1. Yo personalmente no se sí es el destino o las pequeñas o grandes decisiones que tomas las que te llevan por la vida, las que te sitúan donde estás. Es algo en lo que pienso a veces, si yo he hecho algo para estar donde estoy o es el destino que tenía esto destinado para mi. Pero hay algo en lo que si que creo y es que las experiencias malas tienen que servir para cambiar y aprender algo de ellas, que la vida tiene un fin y es aprender a vivirla, aprender a disfrutarla, ser feliz.

    ResponderEliminar
  2. pues yo creo q es una mezcla, el destino te pone delante de situaciones, pero también se toman decisiones diferentes ante la misma situación... además, decisiones tontas nos llevan a momentos importantes, y lo que nos parecen decisiones muy pensadas y trascendentales resulta que desembocan en situaciones cambiantes y no tan decisivas... menudo trabalengüas me ha salido. Pero estoy de acuerdo con Belén, y con mi madre, que siempre dice qeu las experiencias malas o te hunden o aprendes de ellas, y está en la voluntad de uno qué hacer. Y decidir qué hacer, es parte del aprendizaje de vivir la vida. Y éso es la vida, vivirla...

    ResponderEliminar